El cansancio de la gente con los políticos argentinos es un tema candente. Parece que la política en Argentina se ha convertido en un juego de poder y peleas internas, olvidándose de lo que realmente importa: gobernar para el bien del pueblo. Esto ha generado una sensación de desilusión y frustración en la ciudadanía, que siente que sus líderes están más preocupados por mantener su poder que por resolver los problemas del país.
Es como si la política se hubiera convertido en un fin en sí mismo, en lugar de ser un medio para mejorar la vida de los ciudadanos. La gente está cansada de ver cómo los políticos se pelean entre sí, en lugar de trabajar juntos para encontrar soluciones a los problemas que afectan a la sociedad. Esto ha generado una brecha entre la política y la gente, y es necesario encontrar una forma de cerrar esa brecha.
Según Samuel Cabanchik, ex senador nacional y investigador del CONICET, la Argentina tiene un problema de "vocación de fracasar”. Esto se debe a la falta de crecimiento y desarrollo en el país, que se ha estancado en el tiempo. La política argentina se ha convertido en un círculo vicioso de conflictos y personalismos, que impide avanzar hacia un futuro mejor.
Es hora de que los políticos argentinos se den cuenta de que su función es servir al pueblo, no a sus propios intereses. Es hora de que trabajen juntos para encontrar soluciones a los problemas del país, en lugar de pelearse entre sí. La gente está cansada de esperar, y es necesario que la política se renueve y se vuelva más inclusiva y transparente.
